Nada se desvanece

Madrid

Las devoluciones en caliente en la frontera de Melilla o Ceuta, denunciada como ilegales por varias ONG; la muerte de quince personas que intentaron llegar a nado a la costa española y fueron recibidas a pelotazos; la permanente queja de quienes estiman que España no respeta las normas internacionales del derecho de asilo; las terribles imágenes de decenas de hombres subidos a vallas erizadas de cuchillas…. Todo tiene consecuencias. Los políticos piensan que cosas como estas se olvidan con facilidad. Pero no es así. Antes de marcharse, la Comisaria Europea encargada de la inmigración, harta de pedir explicaciones a Madrid, y de no ser escuchada, tomó medidas: no ha colocado a ningún español entre los candidatos que optaran a fines de este mes al importante cargo de director ejecutivo de la agencia Frontex. Y eso pese a que un español ha venido ocupando el número dos ejecutivo de esa agencia.

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La fama de Frontex ha venido empeorando de año en año, hasta el extremo de que hace unos meses la Defensora del Pueblo Europeo anunció que abría un expedientes en relación con los vuelos de deportación forzosa de inmigrantes no documentados que se llevan a cabo en varios países con dinero de la Agencia y que potencialmente, dice, implican graves violaciones de los derechos fundamentales de las personas. Afortunadamente, nada se desvanece.