Zapatero puede sonreírse todo lo que quiera

Madrid

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, afirmó ayer que su grupo votará a favor de una iniciativa de Izquierda Unida a fin de revocar la reforma del artículo 135 de la Constitución que obliga a las administraciones a no tener déficit. La reforma se realizó en agosto de 2011, por iniciativa del entonces presidente del gobierno, socialista, incapaz de resistir las presiones del núcleo duro de la Unión Europea, y con el entusiasta apoyo del Partido Popular. José Luis Rodríguez Zapatero reaccionó ayer señalando que acogerá la nueva postura de su partido “con una sonrisa”. Podría haber dicho, tranquilamente, que lo hará muerto de la risa. Para volver a modificar ese artículo hace falta tres quintos de las dos cámaras Es decir, 212 de los 350 escaños de la Cámara Baja. Resulta que el PP tiene hoy mayoría absoluta y que es francamente difícil pensar que en la próxima legislatura la izquierda pueda reunir esos tres quintos.

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Conviene recordar que la reforma, aprobada a toda velocidad en agosto de 2011, pudo haber sido sometida a referéndum solo con que 35 diputados lo hubieran solicitado. Pero para eso habría hecho falta que ocho diputados socialistas hubieran roto la disciplina de voto. Solo lo hicieron cinco, dos que votaron en contra, uno, por equivocación) y tres que abandonaron el hemiciclo durante la votación. Así que no hubo referéndum y Zapatero puede sonreírse hoy con plena satisfacción. Siempre es esperanzador oír a un político reconocer que se equivocó, como hizo ayer Pedro Sánchez, pero es inevitable la sensación de que casi todo llega demasiado tarde.