Las medidas contra la corrupción de Rajoy son una última bala tardía
Pablo Simón, politólogo y miembro de Politikon, analiza en ‘Hoy por Hoy’ el paquete de medidas contra la corrupción presentadas por el presidente del gobierno en el Congreso
Pablo Simón: 'Las medidas contra la corrupción de Rajoy son una última bala tardía'
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Madrid
Diferentes académicos apuntan que los colapsos de sistemas políticos como los de América Latina durante los 80 o Italia en los 90 suelen ir precedidos por la descomposición de redes clientelares ligadas a la corrupción. Este hecho, intenso cuando hay una crisis económica, deja en manos de los gobernantes anticiparse a la crisis institucional siempre que logren dos objetivos frente a la corrupción: transmitir contundencia a los electores en el corto plazo y aplicar medidas eficaces en el medio. Sobre las medidas que presentó ayer el Presidente, en mi opinión, se quedan cortas en los dos objetivos. Las propuestas, aunque algunas son interesantes, apenas son novedosas e inciden casi siempre sobre la parte reglamentista. De nuevo, no se atacan las motivaciones detrás de la corrupción aparcando la urgente reforma de la administración, la protección de los delatores, la reforma del Tribunal de Cuentas o de la ley de asignación de obra pública.
Pero además, es inevitable tener la percepción de que estas medidas llegan tarde. Con una legislatura agonizante, el partido en el gobierno tiene poco margen para recuperar la credibilidad perdida, y más aún cuando se ve salpicado por importantes escándalos de corrupción. Quizá un Rajoy decidido a principios de legislatura hubiera cambiado las tornas pero ahora esta parece una última bala tardía de un gobierno que, al margen de lo que proponga, ya ha perdido la batalla de la opinión pública. Seguimos pues camino del castigo de 2015.