Francia perdona los escándalos
Sarkozy y Juppé intentarán ser los candidatos de la derecha francesa en las próximas presidenciales a pesar de los escándalos en los que se han visto implicados
Madrid
La política francesa no deja de sorprender. Sarkozy, todo un exjefe de Estado, ha tenido que bajar a la arena política para hacerse con las riendas de la formación que le llevó al Elíseo porque Alain Juppé se había vuelto a instalar en su dirección y amenazaba con cerrarle el paso. De hecho, la corta victoria de Sarkozy le aboca a unas primarias con el exprimer ministro y actual alcalde de Burdeos para ser el candidato a la Presidencia de la República en 2017.
Sarkozy es el favorito entre los militantes de la UMP, pero Juppé lo es de la derecha, centristas incluidos, como demuestra un primer sondeo del 'Journal du Dimanche'.
Es sorprendente también la capacidad de los políticos franceses y del propio electorado para pasar página sobre los escándalos. Juppé fue inhabilitado un año a desempeñar cargos públicos por malversación de fondos en relación a la financiación de su partido y sobre Sarkozy pesa una imputación por corrupción activa y tráfico de influencias. Se prima más la capacidad de liderazgo y gestión del país que estas magulladuras judiciales sobre asuntos que forman parte de la propia política.