'El jugador', ricachón incomprendido
Mark Wahkber protagoniza el thriller 'El Jugador', dirigido por Rupert Wyatt
Madrid
Mark Wahlberg hace las veces de productor y actor protagonista en El Jugador, un remake del director británico Karel Reisz en el 1974. La cualidad del thriller setentero era su capacidad para traspasar el conflicto individual, de un profesor de literatura algo suicida y adicto al juego, al relato universal de un país, Estados Unidos, que en los años 70 se encontraba lleno de heridas y bordeando un abismo existencial.
Cuarenta años después, otro director británico, Rupert Wyatt, artífice de The Escapist (2008) y de El origen del planeta de los simios (2011), firma este remake, junto con el guionista de Infiltrados, William Monahan. Esta nueva versión de El Jugador llega en una época en la que, al igual que esos setenta, las grandes ciudades viven cercanas al nihilismo. El fallo de Wyatt y de Monahan ha sido lograr que ese contexto actual estuviera presente en la película, acompañando y engrandeciendo el autodestructivo camino de este personaje con doble rostro.
El Jugador es una película pretenciosa donde Mark Wahlberg, un profesor excéntrico y jugador empedernido, suelta una serie de monólogos no exentos de referentes literarios. El actor es de lo mejor de la película, junto con las apariciones de John Goodman y Jessica Lange. Mucho más terrible es el papel de Brie Larson, la prometedora actriz de Las vidas de Grace. Lo mejor de El Jugador es, sin duda, la estética enloquecida y su banda sonora.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...