Una manera de vivir

Madrid

La formidable manifestación de Paris mostró ayer la unidad de los ciudadanos europeos contra el terrorismo, la violencia y el fanatismo religioso, sin ninguna duda. Sería realmente irónico que una de las mayores manifestaciones celebradas en Europa a favor de los derechos ciudadanos se terminara convirtiendo en una coartada para reducir precisamente esos mismos derechos. La manifestación fue emocionante porque reunió a hombres y mujeres de todos los colores, de todas las religiones y de todas las ideologías, proclamando su apego a una manera de vivir, una manera de entender la libertad de expresión y de relacionarse en sociedades complejas.

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Y sin embargo, las primeras señales que llegan no son muy alentadoras. El ministro español del Interior afirma que se revisará el Tratado de Schengen y en el Parlamento Europeo se quiere acelerar la aprobación de un proyecto que lleva tres años paralizado y que pretende autorizar una mayor acumulación de datos de millones de ciudadanos. No deberían confundirnos: revisar el Tratado de Schengen es lo que llevan pidiendo algunos gobiernos europeos desde hace meses, pero no para luchar contra el terrorismo, sino contra la inmigración laboral. Y en estos tres años, nadie pudo demostrar en el Parlamento que la acumulación de centenares de datos sobre millones de viajeros haya servido alguna vez para evitar un atentado terrorista.