Globos de Oro se alejan del cine comercial
Los premios de la prensa extranjera premian Boyhood y El gran hotel Budapest, dos comedias independientes y en televisión apuestan las series más novedosas
Madrid
Hace tiempo que la coletilla de "antesala de los Oscar" se ha ido convirtiendo en un concepto vacío; pero este año, la prensa extranjera en Hollywood, organizadores de este gran sarao que son los Globos de Oro, se ha alejado más si cabe de los premios de la Academia de Hollywood.
Este año, los periodistas y críticos han apostado en las dos categorías de cine, drama y comedia, por el cine independiente. Los dos dramas más clásicos, La teoría del todo y Descifrando Enigma se han quedado en un segundo planto, mientras que Boyhood ha sido la gran ganadora de una gala sosa, en la que las presentadoras, Amy Phoeler y Tina Fey, han pasado desapercibidas. El drama de Richard Linklater se ha llevado tres galardones: mejor película, mejor dirección y mejor actriz de reparto, para Patricia Arquette. Linklater ha logrado toda una proeza, que le ha costado 12 años de rodaje, en la que recrea el paso del tiempo. Parece que Boyhood no habla de nada, pero en realidad habla de todo.
La sorpresa ha sido el premio de El gran hotel Budapest al alzarse con el Globo de Oro a la mejor comedia. Wes Anderson, un director más querido en Europa que en Estados Unidos, ha recibido al fin el reconocimiento de estos premios por haber llevado a su universo la obra de Stefan Zweig. Aunque se ha llevado dos premios, mejor guion y mejor actor de comedia, Birdman, la incursión en la comedia del mexicano Alejandro González Iñárritu, se ha desinflado al final de la gala. Merecidísimo ha sido el Globo de Oro para su actor protagonista, para un resucitado Michael Keaton, que ha sacado amargura en esta comedia negra sobre el ego.
Otro premio cantado y merecido ha sido el de mejor actriz de drama para Julianne Moore. La protagonista de Boogie Nights, tan solo tenía un Globo de Oro por la miniserie Game Change y ni siquiera tiene Oscar. Parece que este va a ser su año. De momento ya ha logrado el Globo de Oro por Still Alice, donde interpreta a una enferma de Alzheimer, desde el diagnóstico de la enfermedad hasta su final.
En televisión parece que los premios hayan buscado resaltar las nuevas producciones. Pocos esperaban que The Affair se llevara el Globo de Oro en drama y que su actriz, la británica Ruth Wilson, le quitara el premio a Julianna Marguiles -espléndida en la última temporada de The Good Wife- o la fría y calculadora Robin Wright -con ese monólogo sobre el aborto en The House of Cards-, o incluso a la Carrie (Claire Danes) más bipolar de la cuarta temporada de Homeland. En mejor actor de drama ha sido Kevin Spacey el ganador. El año pasado vio cómo se quedaba sin él por culpa de Brian Cranston, pero esta vez, su congresista carnicero y maquiavélico, ha logrado imponerse a sus rivales, aunque esperemos que con métodos más honrosos que los que acostumbra su personaje.
En comedia el premio también ha ido a parar a una nueva serie, Transparent. El debut en televisión de Amazon. Una historia sobre la transexualidad y los nuevos roles y modelos de familia muy valiente y llena de grandes interpretaciones, como la de Jeffrey Tambor, que ha ganado el Globo de Oro a mejor actor de comedia televisiva. También de aire fresco puede calificarse el premio a mejor actriz de comedia. Gina Rodríguez ha sido la cuota latina gracias a esa parodia de las telenovelas que es Jane the Virgin.
En televisión la gran batalla se libraba en la categoría de miniserie o telefilme. ¿Fargo o True Detective? Ese era el dilema que se ha saldado con la derrota de la serie de Matthew McConaughey y la victoria de la adaptación de la cinta de los Coen. Lo curioso ha sido que en lugar de Martin Freeman, se llevara el Globo de Oro Billy Bob Thornton, por ese papel que algunos han definido como "el moderno satanás". El mal ha ganado sobre el bien y Fargo ha logrado imponerse a la serie de Nic Pizzolatto, pese al ruido mediático que logró en su día y a la cantidad de análisis, filosóficos y audiovisuales, que ha generado.
Si algo queda claro, una vez finalizados estos premios, es que los Globos de Oro van a su aire y que será difícil que se repitan estos premios en los Oscar. ¿Será entonces el triunfo del mexicano Iñárritu?