Difícil de creer
Comentario de la columnista de 'El País', Soledad Gallego-Díaz, en 'Hoy por Hoy' del martes 20 de enero de 2015

Madrid
¿La libertad de expresión incluye la libertad de los periodistas para realizar su trabajo de acuerdo con las normas de responsabilidad profesional y sin injerencia de la policía y de los servicios de espionaje, sí o no? Un país teóricamente tan defensor de la libertad de expresión como el Reino Unido violó, o viola aún, no hay forma de saberlo, ese derecho, según publicó ayer el diario The Guardian. El periódico británico afirma que la Agencia de Inteligencia interceptó y guardó correos electrónicos de periodistas que trabajaban, o que trabajan, para grandes medios de información y que incluyó el nombre de algunos de esos reputados profesionales en una lista junto a presuntos terroristas o piratas informáticos.


¿Hay que conformarse, creer que con ese espionaje se defiende la libertad de expresión y se lucha contra el terrorismo? Es difícil creer que reporteros del New York Time, la BBC, el propio The Guardian o la agencia Reuters pongan en peligro la seguridad nacional británica. Es mucho más probable que el espionaje a que se les somete tenga mucho más que ver con la comodidad y con la opacidad de los dirigentes de los propios organismos de espionaje, que reclaman una protección infinita, un derecho sin límite a quedar al margen de escrutinio o de crítica. Y así es muy difícil no caer en el desánimo.

Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...




