'Blackhat', Hemsworth y el cibercrimen

Madrid

Después de seis años dedicado a otros menesteres, entre ellos la dirección de series televisivas como Elementary, Michael Mann regresa al cine con Blackhat, un thriller cibernético en la era post NSA. El director de El dilema, Colateral, Corrupción en Miami o Enemigos públicos, demuestra oficio aunque parece que todo este tiempo alejado del cine le pasa factura.

Blackhat es un thriller interesante, pero con ciertas lagunas, que habla de la hipotética posibilidad de que gobiernos tan enfrentados -a priori- como el de China y Estados Unidos, acaben cooperando para cazar a un hacker con una inteligencia sublime. Corrupción, medioambiente, inseguridad cibernética o la inoperancia de la burocracia institucional son algunos de los temas que apunta Mann, a veces con realismo, a veces de manera disparatada. La trama es compleja pero entretenida. Hasta aquí lo interesante, vayamos con las lagunas.

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La principal de ellas es que a su pareja protagonista, Chris Hemsworth y Wei Tang, les falta química y eso que Mann se recrea, y mucho, en mostrarnos el escote de Thor. La otra gran laguna es la falta de emotividad de los momentos dramáticos, que no están bien encajados en esta madeja de ciberespionaje.