Unidad de Vigilancia
Reflexión sobre los “regalos que los reyes electorales” van a traer a los españoles en la carrera hacia los comicios autonómicos y municipales

Madrid
Este año con cinco citas electorales va a ser muy extraño. Por un lado, nos envolverá una nube de falsa felicidad, el dulce sopor de un fumadero de opio porque se bajarán impuestos, se terminarán obras públicas, se engalanarán las calles con flores y otros exornos y los candidatos visitarán asilos, besarán niños, sonreirán todo el rato.

Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER / JAVIER JIMÉNEZ BAS

Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER / JAVIER JIMÉNEZ BAS
Por otro lado, salvo los regalos de reyes electorales, nadie decidirá casi nada, ni en los municipios ni en las autonomías ni en la Administración central. Todo aplazado hasta Navidades, aproximadamente. Y al mismo tiempo, y como por arte de magia, se acelerarán inesperadamente asuntos dormidos y se firmarán deprisa y corriendo nombramientos y ascensos de amigos y destituciones y sustituciones de enemigos.
Debería constituirse una ‘Unidad de Vigilancia’, como la que tiene Isaías Lafuente aquí en la SER, a fin de vigilar y denunciar las arbitrariedades, los aplazamientos injustificados y las resoluciones de inesperada velocidad, sin venir a cuento, en este ‘Año de la Tortuga y la Liebre’, porque en estos asuntos aprenderíamos mucha política.




