La ciencia de la vida

Madrid

Permítanme que hoy el primer saludo sea en forma de pregunta: ¿se han planteado alguna vez si hay que poner límites a la ciencia?… ¿incluso si se trata de salvar vidas? Hombre, la pregunta así en abstracto parece ofrecer pocas dudas: pues no. yo, desde luego, –y me imagino que muchos de ustedes- responderíamos que lo primero es la vida; y que la ciencia y la medicina están precisamente para eso, para salvar vidas. Así que de límites, nada.

Pues no debe ser todo tan sencillo porque el Parlamento británico debate a esta hora una ley para autorizar una técnica de reproducción asistida con ADN… ¡de tres personas!... que según algunos –incluida la Iglesia- abre la puerta a la eugenesia, es decir al diseño genético de bebés. Pero, claro, eso es sólo un “posible”, una hipótesis….así que vayamos por partes porque el tema es delicado. La ley que se debate hoy consagraría una fórmula de reproducción asistida con padre, madre y otra madre añadida –para entendernos- que presta unas células sanas, las mitocondrias, que cuando están dañadas provocan la muerte del bebé en apenas un año. Esto es lo que se quiere evitar, esto es lo que parece que se evita con esa técnica. Entonces, pregunto: ¿no sería sensato de momento dejarlo ahí? ¿O en cada avance, en cada novedad de investigación genética vamos a reproducir un debate donde se mezclan argumentos científicos con otros morales y religiosos? A ver, la idea de “fabricar” (entre comillas) bebés a la carta es una aberración en sí misma, pero antes de llegar a ese extremo creo que hay mucho camino para ayudar, para evitar dolor y para resolver problemas. No es verdad que hayamos venido a este mundo a sufrir. Y todo el sufrimiento que podamos evitar sin traicionarnos a nosotros mismos como seres humanos….pues bienvenido sea. Esa es, al menos, mi modesta opinión y así la expongo al abrir hoy La Ventana.

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