'No confíes en nadie', alma de telefilme

Madrid

Con su primera película, Brighton Rock, el director británico Rowan Joffé ya fue acusado de imprimir una estética televisiva a su filme. Ahora con su segundo largometraje, No confíes en nadie, descubrimos que ese defectillo no ha desaparecido. La cinta tiene una fotografía del montón, incapaz de lograr una atmósfera de suspense y de dar un paso más del telefilme, y unos giros previsibles que, sin embargo, no impiden que sea un thriller con ritmo y algunos giros muy alocados al final.

Basada en el superventas de S.J. Watson, vendido a más de 42 países, la cinta está protagonizada por dos estrellas de calado que efectúan portentosas interpretaciones, como Colin Firth y Nicole Kidman. Es una pena que ni siquiera la fuerza de estas actuaciones consigue darle enjundia a este thriller conyugal en el que una mujer olvida toda su vida cada mañana.

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Como en una especie de Memento (2000) convencional, en No confíes en nadie, se recurre demasiado a las fotografías, los espejos, los vídeos para ahondar en el trauma de lo que supone perder la memoria; aporta poco al género, más allá de una entretenida experiencia. Para olvidar a la mañana siguiente como el personaje de Nicole amnésica.