Todo apunta a un cambio de nuestro sistema de partidos
Pablo Simón, politólogo y miembro de Politikon, analiza en 'Hoy por Hoy' el nuevo juego de poder de los partidos españoles tras la irrupción de Podemos y Ciudadanos
Madrid
Este año todo apunta a que vamos a un cambio en nuestro sistema de partidos. En el bloque de la derecha, al PP le emerge por primera vez un competidor desde el centro, Ciudadanos, que rompe a UPyD en dos. En el campo de la izquierda, Podemos amenaza ser el primer partido por delante del PSOE mientras que IU lucha por sobrevivir. Es verdad que hay tanto ruido demoscópico, tanta volatilidad, que es muy complicado predecir la magnitud exacta del cambio pero parece que nuestro sistema de partidos sí o sí se va a fragmentar. Quizá un concepto útil para explicar por qué pasa esto es el de “fallo de oferta política”, que es algo parecido a cuando hay una demanda que no la cubre ningún bien o servicio. En entornos de crisis económica o escándalos políticos, la capacidad de los partidos tradicionales para adaptarse a las demandas ciudadanas depende de su organización interna. Como demuestra la politóloga Laura Wills cuanto más flexible y porosa sea, más opciones tendrá de afrontar estos retos.
En España no es osado decir que los partidos clásicos han ido siempre a remolque de los acontecimientos, cerrándose a la regeneración en los liderazgos, en los programas, en la representación de nuevas demandas. De ahí que hayan surgido tantos “emprendedores políticos” al margen y contra unas organizaciones clásicas que les han ninguneado a ambos lados del campo ideológico. Como los partidos clásicos no han sabido reaccionar, ahora parece que el pez chico empieza a comerse al grande y tendrán, quieran o no quieran, que sentarse a la mesa para negociar con ellos si quieren gobernar. Porque al final, ante este cambio de ciclo, la política o la haces o te la hacen.