'Samba', entretenida y blandengue
Los directores de 'Intocable', Eric Toledano y Olivier Nacache, vuelven con 'Samba', una cinta sobre inmigración en la Francia actual protagonizada por Omar Sy y Charlotte Gainsbourg
Madrid
El éxito de Intocable (2011) todavía sigue beneficiando al cine francés. La cinta de Eric Toledano y Olivier Nakache hizo subir el porcentaje de cuota de pantalla del cine galo que siguió cosechando éxitos en su expansión en el extranjero. Por todo eso, sus directores -que antes de Intocable ya habían realizado tres películas juntos- han tomado nota y han repetido fórmula y actor protagonista.
La fórmula consiste en usar los mimbres de la comedia dulzona y tradicional y ubicarla en el contexto de la actualidad francesa. Si Intocable se ubicaba en medio de las notables diferencias entre centro y periferia, Samba lo hace en el contexto burocrático de la inmigración. Samba es el personaje de Omar Sy, un inmigrante que lleva diez años en Francia y que por un error administrativo pierde su permiso de residencia.
A través de la experiencia del personaje protagonista, Nakache y Toledano retratan las vicisitudes por las que pasan todo tipo de inmigrantes pobres en un país que tiene como lemas eso de la libertad, igualdad y fraternidad. De hecho, la pareja de realizadores firman sus mejores escenas en esa oficina de ayuda al migrante, con actores desconocidos, al menos para el público español.
El espíritu de la buddy movie, tan presente en Intocable, prevalece aquí, pero se amplía al de comedia romántica gracias a la inclusión en el reparto del personaje de Charlotte Gainsbourg, demasiado forzada en su papel de funcionaria depresiva y estirada. Brilla mucho más el actor Tahar Rahim, protagonista de Un profeta (2009), que saca por fin su vis cómica.
A pesar de que la cinta funciona, como comedia entretenida que toca la realidad incómoda de un país, que acaba de sufrir uno de los mayores golpes de su historia, Samba es una mirada superficial a un problema que los franceses no han solucionado y están lejos de hacerlo. Samba peca de lo mismo que pecaba su predecesora: intenta ser comprometida, pero dulcifica su denuncia: ni recrimina la explotación laboral que sufren los protagonistas, ni la injusticia administrativa al que son sometidos los inmigrantes, ni la falta de solidaridad de la sociedad francesa para gente que lleva diez años viviendo en aquel país.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...