Alice Rohrwacher: ¡No es una película autobiográfica, basta!

La directora Alicia Rohrwacher ganó el Premio del jurado del festival de Cannes la pasada edición con su película El país de las maravillas. La joven Gelesomina vive con sus padres, su tía, y sus hermanas pequeñas en una masía en ruinas. Su padre, un hombre severo, es apicultor y desea mantener a su familia lejos del mundo moderno, pero su hija mayor empieza a renegar de ese mundo rural alejado de la civilización e intenta convecer a toda su familia para participar en un concurso de televisión (del que por cierto, Monica Belluci es la presentadora).  "He querido crear un personaje complejo, que se equivoca. La vida, la gente es compleja, no es ni buena ni mala. No quería crear el típico personaje bueno de las películas. El padre, Wolfang, es muy severo con sus hijas, ¡no sabes si va a salvar a su hija mayor o a matarla!, pero en el fondo es una buena persona", nos decía la directora a próposito del personaje.

El particular y original imaginario de la directora, además  de la fotografía,  imágenes rodadas en 16 milímetros,  evoca una historia atemporal, podría tratarse de una película rodada en los 70, en los 80 o en los años 90, que narra la vida de esta familia hippy perdida en la campiña italiana. Los espacios, los paisajes no son especialmente indicativos de la Italia que conocemos, da la sensación de que esta película costumbrista podría haberse rodado en cualquier sitio. "Es una territorio muy italiano, una película muy local, pero a la vez, puede parecer cualquier otro sitio", declaraba Alice.

La cinta adquiere un profundo sentimiento de nostalgia: "es una película muy personal, es un mundo que conozco muy bien, pero  no es autobiográfica, a pesar de que mi hermana interpreta a la madre de esta familia o de que mi propio padre era apicultor." A la directora no le gusta que el público se pregunte después de ver una película, si es real o no lo es: "importa si lo que te cuenta el director te lo crees en la pantalla, no si es real o autobiográfico, eso no importa. No paran de preguntármelo ¡basta! " Además añadió que la película es muy dífícil de catalogar: " no se sabe si ellos son felices, si no lo son".

Este mundo de ensueño, lleno de abejas, ovejas, y hasta camellos, dónde los personajes están en continuo contacto con la natruraleza, y una Mónica Belluci disfraza de Venus,  le ha valido a su creadora varios premios. Después de ganar en Cannes, Alice confiesa que tiene una responsabilidad mayor con su próximo proyecto, del cual está aún buscando financiación.