Un vagón musical de primera para 'El expreso de medianoche'
Giorgio Moroder llenó la cárcel de Estambul donde se desarrolla la historia del film dirigido por Alan Parker en 1978 de música electrónica y ritmos repetitivos.
Madrid
“El expreso de medianoche” está basada en una historia real, la de Billy Hayes, un joven estadounidense que en 1970 fue detenido en el aeropuerto de Estambul por llevar encima una pequeña cantidad de hachís y que fue condenado a 30 años de prisión. Según contaba el libro en el que se inspira el film Billy sufrió en aquella prisión de ambiente infrahumano todo tipo de vejaciones, palizas y violaciones. Ni que decir tiene que la película no gustó nada a los turcos que protestaron oficialmente al gobierno norteamericano.
Notas de Cine (01/03/2015)
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Tiempo después tanto Billy Hayes como el guionista, Oliver Stone, reconocieron que la película falseaba bastante la realidad y que se habían exagerado los hechos, y pidieron disculpas al pueblo turco por la mala imagen que habían dado de él. No obstante “El expreso de medianoche” sigue prohibida en los cines de Turquía.
Billy Hayes está interpretado por el actor Brad Davis, un actor que falleció de SIDA a principios de los años 90. En el film le acompañan secundarios como Randy Quaid o John Hurt.Por cierto, para meterse mejor en su papel, John Hurt decidió no ducharse durante los 53 días que duró el rodaje. Dicen, y nos lo creemos, que no era muy popular entre sus compañeros.
Fue el director Alan Parker quien eligió al italiano Giorgio Moroder como compositor de la banda sonora.Moroder había destacado hasta entonces como productor y autor de canciones, además de editar algunos discos de música electrónica. Fue él, por ejemplo, quien convirtió a Donna Summer en la reina de la música disco y revolucionó este género al sustituir el sonido orquestal que solía acompañar las canciones por la música repetitiva de los sintetizadores, sentando así de paso las bases del techno-disco. Aunque nunca antes había compuesto una banda sonora Moroder aceptó inmediatamente el reto.
Además de los temas electrónicos la banda sonora incluye también dos canciones vocales. Un tema principal de ritmo lento y cierto sabor árabe que conecta perfectamente con los sentimientos de pesimismo y nostalgia que atenazan al protagonista. Moroder crea también un tema de amor muy en la onda de Vangelis. Un tema que ilustra la relación homosexual que mantiene el protagonista con uno de sus compañeros de prisión. Pero sin duda la melodía que resultó más famosa fue el llamado “tema de la fuga” que pone fondo musical a una breve persecución motivada por un intento de fuga de Billy al comienzo de la película. Este tema, con su ritmo dinámico y repetitivo se convirtió en un clásico de las discotecas de aquellos años.
La banda sonora de “El expreso de medianoche” siempre ha tenido detractores que consideran su sonido electrónico frío y poco adecuado para el intenso drama que cuenta la película. De hecho no fue fácil convencer a los propios jefes de la Columbia para que la aceptaran. Al final acabó ganando el Oscar a la mejor partitura. Fue la primera vez que una banda sonora electrónica se hacía con la estatuilla.
La película fue un éxito de taquilla y la banda sonora se convirtió también en una de las más vendidas de todos los tiempos. Sonaba una y otra vez en las emisoras de radio y en las pistas de baile de las discotecas. Pero más allá del éxito comercial el disco de Giorgio Moroder abrió nuevos caminos para la música de cine, en un tiempo además en el que lo que se estilaba era la vuelta al sinfonismo que había propiciado John Williams y su Guerra de las galaxias. Giorgio Moroder inició la nueva corriente de la música electrónica en el cine, camino por el que seguirían otros muchos compositores como Vangelis, Harold Faltemeyer, Tangerine Dream o Maurice Jarre.
Tras “El Expreso de medianoche” Giorgio Moroder se convirtió en uno de los compositores de éxito del cine de los años 80 con bandas sonoras como “El beso de la pantera”, “American gigoló”, “El precio del poder” o “La historia interminable”. En 1983 ganó un nuevo Oscar por la canción “What a feeling” de la película “Flashdance” y en 1986 conseguiría otro por “Take my breath away” la canción de “Top Gun”. Con los 90 llegaría su declive, pero últimamente ha vuelto a ser recuperado para la música por el dúo Daft Punk, y tras remezclar a Coldplay o a Lady Gaga acaba de sacar un disco junto a Kylie Minogue. A sus 74 años el viejo rey de los sintetizadores parece dispuesto a seguir dando guerra.
Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...