"Cuanto más miramos cómo funciona la economía más corrupciones encontramos"

¿Cómo responderíamos si nos pretendieran sobornar? Alguna vez han pensando como reaccionarían? Pues parece que perder dinero por rechazar un soborno genera más estrés que aceptarlo. Es lo que se desprende de de un estudio sobre aspectos fisiológicos y conductuales de la corrupción desarrollado por investigadores de la Universitat Jaume I de Castellón , que revela, además, una tendencia mayoritaria a actuar de forma ética. Nikolaos Georgantzís es catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad Jaume I y coautor del estudio " con el polígrafo hemos medido la excitación, la cantidad de la carga emocional pero no la calidad y por tanto no sabemos si es positiva o negativa" . El tipo de soborno que se planteó fue una hipotética subasta en la que dos empresas competían por la licencia de unas obras públicas, para lo cual hacían sus pujas de niveles de calidad, pudiendo también introducir sobornos para el subastador que debía elegir la empresa que finalmente llevaría a cabo las obras. " Nosotros usamos céntimos monetarios lo que permite a la gente que gane dinero" . De este estudio se pueden extraer varias conclusiones y una de ellas es que , al contrario de lo que se creía, no es la violación de la ética lo que desencadena la inestabilidad emocional, sino la decisión de ir contra el propio interés monetario . " Las personas que toman decisiones retando su propio interés económico sufren una mayor excitación que aquellas que se preocupan únicamente por su beneficio económico personal. En este dilema, y según nuestro experimento, los que son más honestos y renuncian al interés económico sufren más excitaciones" En el mundo real está la posbilidad del castigo pero en este experimento, al menos en la mitad de él, no existe ningún castigo y aún así un cuarto de las personas no eligieron la opción de soborno y siguieron con la opción del proyecto de mayor calidad que beneficiaba a la comunidad . Este estudio no se va a limitar a España y ya tienen datos de Colombia y Guatemala y hay propuestas de países como Rusia y Finlandia para ver si existe un sustrato internacional sobre la corrupción