Joaquin Phoenix: ''No beneficia promocionar las películas''

París

Temido por la prensa, con fama de actor extravagante, difícil y algo pirado, Joaquín Phoenix se enfrenta a una maratoniana jornada de entrevistas en París, ciudad donde se celebra la premier europea de Puro Vicio. La nueva película de Paul Thomas Anderson, uno de los directores más personales del Hollywood actual, pone patas arriba la fundación del neocapitalismo y trata temas tan sociales como la especulación urbanística, las drogas, la proliferación de las sectas o la cuestión racial.

No es Joaquín Phoenix un actor dado a ofrecer grandes momentazos a la prensa, a pesar de sus sonadas declaraciones contra los Oscar, o de su rocambolesco comportamiento en el programa de David Letterman o de esa farsa documental que rodó con Casey Affleck. Sin embargo, Phoenix, que aguantó toda la entrevista y hasta una mesa redonda con periodistas de 40 minutos, reconoce que al que le encantó la novela original de Thomas Pynchon, dice que esa doble vertiente, la social y la del entretenimiento, es lo que más agradece de este filme, que no logró acercarse a los Oscar. "Además de todas esas referencias sociales, también es muy entretenida. Es bastante raro tener esas dos cualidades".

Acostumbrado a interpretar a personajes atormentados, recuerden su Cómodo en Gladiator, su Johnny Cash en En la cuerda floja, y su Freddie Queel de The Master, el anterior trabajo de PTA, en Puro Vicio, Phoenix es un detective entrañable, un perdedor metido por el amor que profesa a su ex novia, en estrambótico caso plagado de conspiraciones.

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Más que un actor conflictivo o huraño con la prensa, Phoenix es un chico tímido, que no se siente nada cómodo en las promociones. "Como espectador no me gusta saber nada de las películas, por eso creo que no beneficia hablar de ellas", dice el actor. Sin embargo, aunque en las entrevistas baje la mirada, en Puro Vicio demuestra que es uno de los grandes actores que tiene el cine americano.