“Grupo salvaje” o la destrucción del mito del viejo Oeste
“Grupo salvaje” es uno de los mejores westerns de todos los tiempos y posiblemente la obra maestra del director Sam Peckinpah.
Madrid
La historia de “Grupo salvaje” aparece enmarcada por dos tremendos tiroteos, al principio y al final de la película. Dos escenas modélicas en su concepción y de una violencia inusitada. Al comienzo del film una banda de ladrones está atracando un banco cuando descubren que fuera les espera una docena de cazarrecompensas apostados en las azoteas. El tiroteo, sangriento como pocos, tendrá su equivalente al terminar la película en uno de los mejores y más épicos finales que jamás se hayan rodado: Cuatro hombres solos se enfrentan a toda una compañía de soldados mejicanos.
Notas de cine: “Grupo salvaje” o la destrucción del mito del viejo Oeste
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Algunos críticos consideran a “Grupo salvaje” la primera película realmente violenta de la historia del cine. El uso de la cámara lenta, las balas entrando y saliendo de los cuerpos al tiempo que sueltan chorros de sangre, la muerte de inocentes… Nunca antes se había visto algo parecido dentro del cine comercial.
“Grupo Salvaje” es una de las películas más representativas del llamado western crepuscular. Todo el film está teñido de amargura y de la extraña poesía de los perdedores. Los protagonistas no son los típicos vaqueros heroicos del western tradicional sino hombres cansados a los que les pesan los años y las derrotas sufridas.
La película rompió moldes dentro del western tanto por su violencia como por su revolucionario montaje. Si lo normal hasta entonces era que una película tuviera unos seiscientos cortes, en “Grupo salvaje” hay cerca de tres mil quinientos, lo que le da a las escenas de acción un ritmo endiablado. Tampoco era habitual que todos los personajes de la película fueran sanguinarios y crueles. Desde los forajidos a los militares, pasando por los hombres de la ley. En el siguiente reportaje que hemos preparado en vídeo os contamos más cosas de la película.
La música de la película es otra obra maestra, compuesta por Jerry Fielding, el compositor que mejor conectó con Sam Peckinpah. Fielding empezó a trabajar como arreglista en Hollywood muy joven con tan solo 18 años. Era la década de los 40 pero enseguida le cerraron las puertas al ser incluido en la lista negra del senador McCarthy ya que se negó a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas y no regresaría al mundo del cine hasta los años 60.
Jerry Fielding conoció a Sam Peckinpah en 1967 trabajando para “Noon wine” una película rodada para televisión y se hicieron buenos amigos. Los dos tenían un carácter salvaje bastante parecido y aficiones comunes como el bourbon y las armas de fuego. Además de “Grupo salvaje” trabajaron juntos en cuatro películas más: “Perros de paja”, “El rey del rodeo”, “Quiero la cabeza de Alfredo García” y “Los aristócratas del crimen”. No fueron más debido a que Fielding falleció prematuramente en 1980 a los 57 años, víctima de un ataque al corazón.
A pesar de lo bien que se llevaban compositor y director eran famosas sus peleas. En “Grupo salvaje” hasta en tres ocasiones Peckinpah rechazó las composiciones que el músico había escrito. Cuentan que Fielding le estampó una silla en la cabeza y el director estuvo a punto de utilizar la pistola que casi siempre llevaba encima. Afortunadamente lograron ponerse de acuerdo y la partitura que acompaña a la película es magnífica. El tema principal con su tono trágico y su redoble de tambores de aire militar consigue crear desde los títulos de crédito iniciales una atmósfera tensa que nos anuncia las matanzas a las que vamos a asistir.
La banda sonora tiene el toque clásico de Fielding; un estilo seco y duro a veces, pero vibrante y rítmico otras. Buena parte de la música está cargada de connotaciones mejicanas.
Hay también algunas canciones en español, con especial protagonismo para la canción popular “La golondrina” utilizada dos veces, en la escena en la que el grupo es despedido por los habitantes de un pequeño pueblo mejicano y más tarde al final de la película, mientras volvemos a ver imágenes de los hombres que han caído abatidos.
John Wayne se quejaba diciendo que “Grupo salvaje” había destruido el mito del viejo Oeste. Y es posible, la banda de William Holden nunca dio el perfil de héroes ni de pistoleros justicieros. Eran como la golondrina de la canción, seres errantes que ya no podían volar, en una última aventura sin retorno.
Antonio Martínez
Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...