Rouco, Blázquez y la pobreza de la Iglesia
Hoy el Ojo se pone sobre las frases del presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, defendiendo a Antonio María Rouco Varela
El ojo izquierdo (6/04/2015)
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Madrid
El cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, no tuvo su día este viernes santo, de tanto recogimiento para sus feligreses, cuando dedicó varios minutos a el pisito que se ha preparado su antecesor, el muy tridentino Antonio María Rouco Varela.
Después de atrincherarse en el Palacio Arzobispal, solo se logró sacar de sus señoriales aposentos al cardenal ofreciéndole un modesto ático de 360 metros cuadrados a dos pasos del Palacio Real. Valorado en 1,7 millones de euros, Rouco lo ha remodelado de arriba abajo -370.000 euros de reforma- y de seis dormitorios se ha pasado a cuatro, uno con un hermoso vestidor y baño propio para su uso personal. La zona de servicio tiene dos pequeños cuartos con un baño para dos monjas, que conforme a su condición femenina, son las encargadas de fregar las cacerolas. Disfruta además de una amplia capilla y una espectacular terraza. Dijo Blázquez ese mismo viernes que Rouco es "una persona que tiene una trascendencia importante en la Iglesia y en la sociedad" y como tal "tiene que invitar a determinadas personalidades”. Pues no: ni tiene Rouco ya trascendencia alguna, ni ha de invitar a nadie con prosopopeya. Blázquez añadió a continuación, sin que se apreciara el rubor, "que la Iglesia ha de ser pobre y para los pobres".
Hágannos, al menos, el favor de la coherencia, Eminencias Reverendísimas.