Errores y personas

Madrid

Creo que lo he comentado en alguna otra ocasión pero el tiempo político que estamos viviendo -a mí personalmente me lo parece, imagino que también a otras muchas personas- es un tiempo apasionante. Nos encontramos en una coyuntura perfectamente comparable a la Transición pero sin los riesgos y las singularidades de aquella etapa histórica donde nos jugábamos el todo o nada. Hoy también nos jugamos mucho, sin duda, pero el peligro es menor, mucho menor. Quizá por eso, y desde luego por el hartazgo con un modelo carcomido y caduco, estamos viendo cosas realmente inimaginables hace apenas unos meses. El surgimiento de nuevos partidos que amenazan el “statu quo”, el empoderamiento –palabra de moda- de la sociedad civil a golpe de movilización, de protagonismo ciudadano…y la certeza de que ya no vale todo, de que aquí los errores se pagan.

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¿Qué le ha pasado por ejemplo a UPYD, a la UPYD de Rosa Díez? Porque ella fue la primera en clavar una cuña en el bipartidismo, en demostrar que igual había terceras vías….y sin embargo hoy parece al borde de la desaparición. ¿Por qué? Pues porque se ha equivocado, no calibró bien el fenómeno Ciutadans y la ha devorado. Como se ha equivocado también Izquierda Unida al no saber contrarrestar el ascenso de Podemos y permitir que les metan en el cesto de lo viejuno. Y no seguimos, porque aquí no hay nadie perfecto y es posible que al final todo se decida como en el tenis: que gane el que cometa menos errores no forzados. Eso sí, los proyectos que dependen tanto de una sola persona, como el caso de UPYD y Rosa Díez, posiblemente tengan más riesgo.