Laurent Cantet y la nueva Cuba

Estupefactos todavía por esa imagen de Obama junto a Raúl Castro en la Cumbre de la Américas firmando la paz, asistimos al estreno en nuestro país de la nueva película del director francés Laurent Cantet, Regreso a Ítaca, una cinta sobre la desilusión de la generación cubana que abrazó la revolución, pero que se encontró con que, tras la desaparición dela URSS, Cuba entró en crisis.

"No quieren perder las cosas adquiridas con la revolución, como que ese sentimiento de colectividad que mantienen sea ahora suplantado por el liberalismo salvaje, como ha pasado en el este de Europa. Ni que valores tan fuertes para ellos, como la educación o la cultura, se desvanezcan", dice Laurent Cantet (Recursos Humanos, Foxfire) que ha rodado en castellano, en La Habana y con actores cubanos como Jorge Perrugoría, Fernando Hechevarría, Néstor Jiménez, Isabel Santos y Pedro Julia Díaz Ferrán. "Regreso a Ítaca, no tendría sentido sin actores cubanos que no hubieran vivido esas historias", sentencia el director.

Con guion del escritor cubano Leonardo Padura, Regreso a Ítaca es un retrato de La Habana en un momento en el que el pueblo cubano se debate entre las ganas de que su situación -la económica- mejore y el miedo a que el capitalismo, que ha devastado Europa, se instale en la pequeña isla. Laurent Cantet entiende perfectamente ese dilema al que se enfrentan los cubanos que siguen viviendo en la isla.  "Por un lado, tienen el ejemplo del fin del comunismo en los países de Europa del este y quieren evitar eso, pero necesitan que las cosas evolucionen para poder sobrevivir".

Ganador de La Palma de Oro en Cannes en 2008 gracias a la magnífica La Clase, ahora Cantet reflexiona sobre la situación de la Cuba actual con afán universalista: "Como europeo, me siento lejos de la preocupación por Cuba, que a está a muchos kilómetros de nosotros, que además tiene una historia diferente. Pero aquí hay una cuestión de universalidad, de gran cuestiones existenciales". Se refiere Cantet, director con una capacidad especial para retratar ambientes, a temas como el exilio, la desilusión ante los ideales de la juventud, la amistad, la dificultad del amor... En definitiva, dice el realizador que el caso cubano le ha servido para hablar del ser humano. 

Regreso a Ítaca es la más teatral de todas sus películas. La cinta se desarrolla en una azotea de La Habana, abierta a la ciudad, que es testigo del reencuentro de cuatro amigos que llevan años sin juntarse. "Queríamos que la película no estuviera recluida a pesar de su aspecto teatral y así darle voz a los cubanos para entender su historia", explica Cantet que recoge, desde esa azotea, el ruido de La Habana.  "Están los tejados de La Habana, que son algo muy característico. También está el mar, que es un elemento de frontera impenetrable importantísimo y está el tan significativo ruido de la ciudad y esa música que está por todas partes".

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Los personajes representan al idealista utópico, la superviviente abnegada, el arribista que ha sabido aprovechar la coyuntura y un artista frustrado y el protagonista, Amadeo, un escritor que regresa de su exilio en España, como Ulises regresaba a una Ítaca arrasada por los bárbaros pretendientes de Penélope. "Es importantísima la cuestión del exilio, reflejada con el drama personal de Amadeo, que dice claramente lo que ha sufrido en España", añade.

Ni Laurent Cantet ni el equipo de rodaje tuvieron problemas para rodar la cinta. Leonardo Padura ha escrito los afilados diálogos y Cantet se ha centrado en el montaje, tras asistir a un curso intensivo de castellano. Con el escritor de La novela de mi vida, Cantet ha formado una gran alianza que funciona desde que trabajaran juntos en ese cortometraje de Siete días en La Habana (2012). El reto de Regreso a Ítaca es precisamente cumplir la metáfora homérica de su título; es decir, que la cinta, que ha pasado por los festivales de Venecia y por San Sebastián, se estrena en la isla.