Las cicatrices son siempre de los mismos
Luis de Guindos dijo ayer en estos micrófonos que “la crisis ha dejado cicatrices en la sociedad”. Puntualicemos: a unos les ha dejado surcos ya incurables por la profundidad a la que han llegado, a otros simples rasguños y a muchos –los que más tienen- les ha llenado aún más los bolsillos.
Las cicatrices son siempre de los mismos
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Madrid
El ministro de Economía y al parecer presidente in pectore del Eurogrupo, Luis de Guindos, dijo ayer en estos micrófonos que “la crisis ha dejado cicatrices en la sociedad”. Puntualicemos: a unos les ha dejado surcos ya incurables por la profundidad a la que han llegado, a otros simples rasguños y a muchos –los que más tienen- les ha llenado aún más los bolsillos. Por ejemplo: ¿ha sufrido mucho Rodrigo Rato?
De Guindos tiene esta costumbre de hablar de los demás como si con él no fuera la cosa. Ya lo hizo cuando mandaba –no se nos olvide- en aquella engañifa mundial que fue Lehman Brothers. De nada fueron culpables. Pues habrá que decirle a Guindos que con el inestimable apoyo de su presidente, Mariano Rajoy, ha tenido y tiene mucho que ver con el desastre de que el salario por hora en España se aleje de la media europea como consecuencia de la vejatoria precarización en el empleo, que ha logrado que aunque el número de cotizantes aumentó en casi 400.000 personas de 2013 a 2014, las cotizaciones hayan bajado. ¿Qué van a cotizar salarios ínfimos en contratos bochornosos de un día o una semana?
Por si algo faltara, viene el ayer asustado Mario Draghi –exdirigente de otra famosa residencia de tramposos, Goldman Sachs- a ordenarnos más reformas laborales.
O sea, más cicatrices. Para los mismos.