Burradas

Madrid
Que Cospedal se haya inventado a un autor clásico no importa mucho. La literatura puede con eso y con mucho más. Pero, aunque los antiguos griegos nunca dijeran que los dioses envían reyes jóvenes para castigar a los pueblos, me pregunto cómo les habrá sentado la ocurrencia de la secretaria general del PP a muchos españoles de sesenta años, víctimas escogidas de la reforma laboral que su coetáneo Rajoy vende en Bruselas como uno de sus grandes méritos.

JAVIER JIMÉNEZ BAS

JAVIER JIMÉNEZ BAS
Hemos escuchado hasta la saciedad que el problema más grave de la economía española era la falta de flexibilidad del mercado laboral, que los contratos indefinidos representaban el principal obstáculo para nuestra competitividad. Hemos comprobado, a menudo en carne propia, que estas palabras se traducían en recortes de sueldo indiscriminados, despidos masivos y ERES que tenían como objeto no declarado la sustitución de empleados fijos, con derechos laborales consolidados, por becarios sin experiencia, que cobran salarios miserables sin derecho alguno. Desde el gobierno, han calificado esta situación como característica de jóvenes en formación, con la sed de aventura propia de sus pocos años. ¿Y ahora Cospedal nos pide que valoremos la experiencia de Rajoy, que desconfiemos de los valores de la juventud, que ellos mismos han ensalzado tanto para facilitar la explotación de los licenciados recién salidos de las universidades? Eso sí que es una burrada, y no inventarse a un autor clásico. Porque la regeneración democrática será imposible mientras en España no haya salarios dignos y trabajo decente.




