¡Hagan sitio!

En la magnífica novela de Harry Harrison: “Soylent green”, en español de “¡Hagan sitio!”, una tierra superpoblada recicla a sus ancianos en alimento. La vieja Europa es sin duda un plato apetitoso para los agresivos financieros chinos, para las multinacionales tecnológicas estadounidenses y para la depauperada economía rusa. Quizá por ello, la prensa europea ha aplaudido la apertura de sendos expedientes contra Google y Gazprom por posición dominante. Incluso, ha bautizado ya a la nueva Comisaria de la competencia, la social-liberal danesa Vestager, como “Súper Margrethe”. El calificativo es un tanto injusto con su predecesor, Joaquín Almunia, quien prefirió el pacto con el gigante americano y se vio atrapado por el conflicto ucraniano con el ruso.

El caso es que está agresividad europea en materia empresarial vuelve a contrastar con la falta de ambición cuando se abordan problemas humanitarios como el del Mediterráneo. No son caníbales.