Ser pobres no significa ser malos padres

Rachida llamó a la redacción para denunciar su caso. Es una mujer española, de 36 años con 3 hijos. Ninguno vive con ella. Dejó a sus dos  hijas mayores en un centro porque su situación no le permitía atenderlas. Quiso recuperarlas cuando se estabilizó y vivía con su madre en Málaga y su tercer hijo pequeño. De eso hace 2 años, ahora sus hijas están en preadopción. Y hace 6 meses que no puede ni verlas ni contactar con ellas. Ahora Rachida también se ha quedado sin su pequeño Jacob de 2 años y medio. Se lo quedaron en servicios sociales cuando fue a pedir que le dejaran ver a sus hijas. Ella cobra una pensión no contributiva porque es esquizofrénica y vive con su madre. Los informes psiquiátricos certifican que está estabilizada y es consciente de su enfermedad. O sea son favorables. Rachida insiste en que sus hijos estaban bien cuidados, pero tendrá que esperar al juicio para saber si los va a volver a ver.

Desde la organización de protección a menores PRODENI denuncian que los criterios legales de la Junta de Andalucía, bien intencionados en su esencia pero implacables en estos tiempos de crisis con tantas familias bajo el umbral de la pobreza. Son pobres, pero no malos padres. Muchas familias tienen problemas para recuperar a sus hijos si los dejan en centros cuando no pueden mantenerlos. Piden que se revisen esos criterios y que se destinen medios para que esas familias puedan sacar adelante a sus hijos.

¿Se acuerdan de la noticia de la patronal conservera gallega que quería pagar parte del sueldo en especie?. O sea en latas.  Pues ahora la empresa de porcelana Lladró ofrece una paga en figuras de esta famosa marca. ¿A qué parece una broma? Pues no lo es.