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La maldición del ganador de Eurovisión

Sólo en contadas ocasiones el triunfo en el Festival ha alentado una exitosa carrera internacional

Conchita Wurst ganó el Festival de Eurovisión en 2014 / DIETER NAGL (AFP)

Madrid

Ocurrió con ABBA o con Céline Dion, que lograron ganar Eurovisión en 1974 y 1988 representando a Suecia y a Suiza, respectivamente. Tanto el grupo sueco como la cantante canadiense ya habían dado sus primeros pasos en la música antes de participar en el Festival, aunque se vieron impulsados gracias al triunfo en el certamen. En el resto de los casos, los ganadores no han sabido o no han podido rentabilizar la millonaria audiencia del concurso en todo el mundo y, si bien muchos de ellos han continuado con exitosas carreras en sus respectivos países, no han logrado dar el salto al panorama musical internacional.

Algunos grupos o cantantes ya contaban con una dilatada carrera cuando representaron a sus países en Eurovisión. Katrina & The Waves, por ejemplo, ganadores del festival en 1997, se disolvieron apenas dos años después. Las rusas TaTu quedaron terceras en 2003 y la francesa Patricia Kaas fue octava en 2009. Más reciente ha sido la participación de Bonnie Tyler representando a Reino Unido, logrando uno de los peores resultados de este país en Eurovisión: el puesto 19 en 2013.

No es habitual que los países opten por llevar a intérpretes reconocidos internacionalmente para su participación en el festival de Eurovisión. La inigualable plataforma de promoción que supone el concurso, con una audiencia que ronda los 200 millones de espectadores en todo el mundo, otorga a este certamen musical un gran atractivo para los cantantes o grupos noveles. Otra cosa es que eso se traduzca en un éxito firme y duradero tras el festival. Al español Julio Iglesias sí le sirvió, así como a la belga Lara Fabian que quedó cuarta en 1988 representando a Luxemburgo. También aprovechó el tirón de Eurovisión la portuguesa Dulce Pontes, que logró un octavo lugar en 1991, y el italiano Domenico Modugno que fue tercero en 1958 con la canción "Nel blu dipinto di blu (Volare)", la canción más interpretada, versionada y premiada del festival.

Italia ha sido el país que más ha apostado por las caras conocidas en Eurovisión, en gran parte provenientes de su propio festival, el de San Remo. Ocurrió con Domenico Modugno, y con Al Bano y Romina Power, que pasaron dos veces por el Festival, la primera en 1976, al inicio de su carrera, y la segunda en 1985, cuando ya estaban consagrados. En ambos casos quedaron en séptima posición. Franco Battiato grabó su primer disco en inglés y en español en 1985, después de haber participado en Eurovisión el año anterior, y Umberto Tozzi quedó tercero en 1987.

Pocos saben que la griega Nana Mouskouri representó a Luxemburgo en 1963, o que Olivia Newton-John participó por el Reino Unido en 1974, cuatro años antes de protagonizar la película "Grease". La cantante israelí Noa también concursó en Eurovisión en 2009 junto a la palestina Mira Awad, con un canto a la reconciliación entre ambos pueblos que apenas llegó al puesto 16.

Carlos Cala

Carlos Cala

Empieza en la radio en 1992, en la emisora de la Cadena SER en Morón de la Frontera, trabajo que simultanea...

 
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