¿Y si la hierba le fuese bien a Nadal?

¿Cómo afectarán a Djokovic y a Nadal sus respectivas decepciones en Roland Garros? El primero en intentar contestarnos ha sido Rafa Nadal, el jugador balear se plantó en Stuttgart con la intención de tomar temperatura en la que seguramente sea su peor superficie. El resultado: realmente sorprendente, no solo Nadal está jugando muy bien, sino que además se le ve muy feliz.

"Es triste ver hierba aquí", dijo Nadal tras su ajustada victoria a Baghdatis en lo que fue una clara referencia al pasado del torneo alemán en arcilla. Sin embargo Nadal parece haber encontrado algo de alegría en la nueva superficie, y lo hizo batiendo al chipriota en un partido nada brillante pero muy trabajado. La hierba puede tener cosas que ayuden mucho al nuevo Nadal.

Todo es mucho más rápido e improvisado, en la hierba importa menos la consistencia y mucho más el talento y la rapidez mental. Donde en la tierra hacen falta seis derechas, en hierba con dos ya te plantas en la red, así Nadal ha ido construyendo en dos días un esquema de juego mucho más sencillo y llevadero de lo que venía haciendo. Se basa en el saque y el revés para trabajar los puntos y la derecha para liquidarlos, con la opción de acabar en la red si esta no es definitiva.

Una estrategia que le ha servido para pasar por encima a Tomic con mucha suficiencia. El australiano, mucho más habituado a juega en hierba, acabó desquiciado ante la capacidad de Nadal para salvar bolas de break valiéndose de su servicio de zurdo. El propio Rafa mostraba su alegría al término del partido cuando bromeaba con la periodista que le requirió a pie de pista. Es curioso porque Nadal parece más feliz esta semana que en toda la temporada.