Las leyendas de la Highway 61
La mítica carretera que recorre el río Mississippi guarda parte de la historia de la música americana
Los indígenas llaman al río Mississippi, padre de las aguas. En sus más de 3.000 kilómetros, hay estanques pantanosos, cipreses doblados, campos de algodón y maíz, historias de amos y esclavos, viejos acordes de jazz y de blues.
Sofá Sonoro: Las leyendas de la Highway 61
07:27
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/000WB0609220150612151450/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Siguiendo su curso nace la ruta 61 en Nueva Orleans, los mismos pasos que hizo un tal Louis Armstrong emigrando a bordo del Illinois Central Railroad. En esta ciudad de esperanzas y frustraciones, los sonidos están en el aire
Entramos ahora en Mississippi. La primera ciudad del delta es Greenville, una localidad a la que ex presidente Clinton volvía solo para comer la carne del Does Eat Place.
Antes de entrar en Clarksdale, en el cruce entre la 49 y la 61, se encuentra el lugar donde la leyenda dice que Robert Johnson vendió su alma al diablo a cambio de interpretar el mejor blues de la historia.
En la localidad de Tutwiler, William Christopher Handy escuchó a un guitarrista solitario tocando una desgastada guitarra y cantando repetidas veces esta frase " I'm Going Where The Southern Cross The Dog". Una revelación que le terminaría convirtiendo en el padre del blues.
Y de pronto, Memphis, Tennessee. La ciudad en la que Elvis Presley está en todas partes, el epicentro de mitómanos, la misma en la que el estudio Stax Records se convirtió en el alma de la música soul. También fue en Memphis, frente a la habitación 306 del Lorraine Motel donde una bala de un rifle impactó en Martin Luther King provocando su muerte
Finalmente, siguiendo la historia americana, llegamos a Chicago. Casi toda la música de Nueva Orleans se grabó A orillas del lago Michigan, pero también se creó un estilo propio con el saxofón como protagonista. Plagado de salas de baile, gánsteres y cabarets, en Chicago nació la música más hot del planeta. En toda la ruta 61 la música, mucho más que una expresión artística, ha sido siempre una forma de libertad.