El futuro está en Grecia. No es una errata
Un recorrido por la isla griega de Kos donde cada día llegan nuevos refugiados huyendo de la guerra

Maher con su hija en la Isla de Kos / R. PANADERO

La isla de Kos es griega, pero desde aquí se ve sin ningún esfuerzo la costa de Turquía. En el paseo marítimo hay barcos turísticos que ofrecen el recorrido en 35 minutos. Aquí nació Hipócrates, médico de la antigua Grecia, y a la vuelta de la plaza que lleva su nombre, frente a la comisaría de policía, desde hace semanas cada mañana es habitual, casi inevitable, ver una cola de personas esperando turno. Este Día Mundial del Refugiado podría llevar el nombre de cualquier de los que espera en esa fila el momento de tramitar los papeles que les permitan seguir su viaje hacia Europa.
La mayoría son sirios que huyen de la guerra, como Maher, palestino que nació allí y escapó hace poco del campo de Yarmuk con su mujer y sus dos hijos mellizos, de dos años. Llegó a Kos hace dos noches, en una barca hinchable con más de 40 personas. Con gestos nos cuenta que entraba mucha agua, que pensó que iban a morir y por eso tiró al mar todo lo que llevaba. Todo, salvo los pasaportes que espera le sirvan para conseguir el permiso de refugiado (eso le permitiría estar seis meses en Grecia), algunos juguetes con los que intentaba que los niños se distrajeran y el chupete con el que ahora juega en sus brazos su hija, Batoul. Dice que se lo ha jugado todo por el futuro de ella y de su hermano.

Dos refugiados en el paseo marítimo mirando hacia Turquia / R. PANADERO

Dos refugiados en el paseo marítimo mirando hacia Turquia / R. PANADERO
Si todo va bien en los próximos días seguirán viaje. Ellos pueden hacerlo porque aún tienen dinero. Vendieron todo y pidieron prestado a los amigos hasta juntar los 14.000 euros que llevan pagados hasta el momento a las mafias para llegar hasta aquí, y conservar algo para el ferry que pronto les podría llevar a Atenas. Después, si la suerte sigue de cara, Italia, donde vive una cuñada.
La mayoría de los que esperan con él no pueden hacer esos planes. Casi todos han perdido todo el dinero que habían sido capaces de juntar, y duermen en el Capitán Elías, un hotel abandonado y fantasmagórico, sin baños, donde hasta hace poco no había ni agua y si la hay ahora es porque Médicos Sin Fronteras ha instalado unos grifos. En su origen estaba diseñado para 80 personas, hoy malviven allí 350 extranjeros, candidatos a protagonizar, cualquier de ellos, cualquier acto del Día Mundial del Refugiado

Rafa Panadero
Ha desarrollado casi toda su carrera profesional en la Cadena SER, a la que se incorporó en 2002 tras...




