¿Traidores o salvadores? Miremos todos a Grecia
Reflexión sobre perdedores y ganadores, negociaciones y la necesidad de ceder

Madrid
Sería conveniente que todos siguiéramos con sumo interés lo que sucede en la batalla entre la Unión Europea y Grecia. Tanta preocupación no es solo porque nos haya entrado un afán desmedido en saber qué pasará con los helenos, sino porque este Ojo cree que de lo que allí ocurra deberemos ser capaces de sacar interesantes enseñanzas. ¿Ha renunciado el traidor Tsipras a sus principios revolucionarios y ha dejado que la oligarquía financiera, etcétera, etcétera, les haya derrotado, como afirma su ala más radical? ¿O han cedido los ávidos halcones europeos, encabezados por la cruel Ángela Merkel ante la firme defensa de sus derechos del izquierdista Gobierno griego?


Pues ojalá al final del camino se hable de cesiones por ambas partes y no de vencedores y derrotados. Porque eso, precisamente eso, es lo que distingue a las sociedades que se rigen por preceptos democráticos. Y la negociación –esto tuyo, esto mío- es la base última de este sistema, que ya saben ustedes que es el menos malo de los conocidos. ¿Lo tendrán claro nuestros pimpollos? ¿Entenderán los nuevos alcaldes y sus equipos que la realidad es muy dura, como ya han comprobado, y que gobernar consiste, en buscar ese punto en común de todas las fuerzas en presencia?
Tienen Podemos y Ciudadanos la oportunidad de ser didácticos con los suyos, antes de convertirse en traidores. Ellos mismos.




