Dichos y hechos
Reflexión sobre el amplio espectro ideológico en el que se mueve cada partido para captar votos

Madrid
Cristina Cifuentes demostró ayer que la gente del PP puede ser del partido que le dé la gana. Hace mucho tiempo que comprobamos que la demoscopia se había apoderado de la política, de ahí el continuo baile de disfraces que reduce las convicciones en calderilla y permite a cada partido viajar de una esquina a otra de su espectro ideológico oficial a conveniencia. No hay quien pueda orientarse con garantías.

Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER / JAVIER JIMÉNEZ BAS

Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER / JAVIER JIMÉNEZ BAS
El PP se desplaza desde la derecha más radical, carpetovetónica y montaraz, hasta las fronteras de la socialdemocracia. El PSOE puede ser alternativamente centrismo sedoso o izquierdismo de pura cepa. Y el mismo Podemos, en su corta vida, ya ha mostrado un par de rostros diferentes.
Ayer, en el discurso de investidura, la presidenta in pectore de Madrid, Cristina Cifuentes, esbozó un programa que enmendaba casi la totalidad de cuanto su partido representó e hizo en la legislatura anterior. Luego, naturalmente, vienen los hechos, donde sí que regresan las diferencias. Pero en una cata ciega de los dichos no habría manera de distinguir al Lobo Feroz de Caperucita Roja.




