Espiar por todos los lados
Soledad Gallego-Díaz fija su mirada sobre el espionaje de Estados Unidos a Francia desvelado por las filtraciones de Wikileaks
Espiar por todos los lados
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Madrid
El presidente francés, François Hollande, asegura que está muy enfadado por haber sido objeto del espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana, algo que, por lo que parece, ha sido habitual también con otros recientes presidentes franceses, como Jacques Chirac o Nicolas Sarkozy. Uno se pregunta cómo se las arreglaba la seguridad norteamericana cuando no disponía de medios técnicos para espiar las comunicaciones del general De Gaulle. Qué enormes riesgos corrió entonces Washington sin saber lo que le decía por teléfono De Gaulle a su amigo Pompidou.
La verdad es que ha habido tantas noticias de espionaje por parte de Estados Unidos de sus aliados europeos que ya casi nadie se escandaliza. Y deberíamos hacerlo porque es realmente intolerable que los servicios secretos norteamericanos interfieran las comunicaciones de los políticos, y es de suponer de los empresarios europeos, simplemente porque está en su mano hacerlo, sin ninguna otra justificación ni razón. Intolerable porque demuestra que cuando algo se puede hacer técnicamente, se termina por hacerlo, esté mínimamente justificado o no. No debe existir ningún servicio secreto del mundo que, falto de control democrático, no terminara por interferir el confesionario del Papa Francisco, si tiene la posibilidad técnica de llevarlo a cabo.
¿Cómo se soluciona todo esto? Es simple, prohibiendo por ley que los servicios secretos actúen por su cuenta.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...