Observación inquietante
Soledad Gallego-Díaz fija su mirada sobre las palabras del ex-fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, sobre las recientes reformas del código penal
Observación inquietante
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Madrid
Eduardo Torres-Dulce es una persona que ha conseguido el respeto de todo el mundo del Derecho, al margen de su connotación ideológica. Fue Fiscal General del Estado durante los tres primeros años de Gobierno de Mariano Rajoy y demostró que esa confianza general estaba plenamente justificada: impuso su profesionalidad por encima de cualquier otra consideración hasta que quien le había nombrado le pidió que dimitiera. Se fue inmediatamente y ha permanecido en silencio.
Pero ayer Torres-Dulce dijo algunas cosas que deberíamos escuchar con atención. El ex fiscal general lamentó las reformas que se están introduciendo en el Código Penal, un texto que debería ser garantía de derechos y libertades, dijo, y que empieza a no serlo. El nuevo Código Penal, dijo textualmente "es peligrosamente inservible para ese objetivo” e ignora el principio de proporcionalidad a la hora de imponer una sanción.
Es una crítica extremadamente dura, que debería tener una gran repercusión política, por venir de quien viene. Sin embargo, no parece que haya despertado la menor preocupación en los legisladores del Partido Popular. Deberían estar inquietos porque Torres-Dulce les ha dicho algo muy serio: están pasando de ser garantes a simples gestores, “con un aspecto autoritario”. Es una observación inquietante.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...