¿Quién piensa en los griegos?

Madrid

A tres días del referéndum en Grecia crece el fuego cruzado y, salvo milagro europeo, y hemos conocido algunos, nos quedan tres días de propaganda, declaraciones altisonantes y una campaña para una consulta en la que ya no se sabe muy bien, formalmente, qué se vota. Y las formas son muy importantes en democracia. El gobierno griego admite que llama a votar para cargarse de fuerza y negociar después la deuda y los socios europeos empiezan a decir abiertamente que se elige entre Syriza y Europa. Nada menos. Aunque también empiezan a ser evidentes las primeras grietas entre los socios. Entre el ‘no hay nada que negociar antes del domingo’ de Ángela Merkel y el ‘negociemos hasta el último minuto’ de Hollande.

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Tras la caótica jornada de ayer, llena de movimientos tácticos de Tsipras, hoy comienza el cuarto día de corralito y el Banco Central Europeo decidió anoche mantener la línea de dinero de emergencia.

Pero a la vista de los datos que exhiben unos y otros, aquí lo único cierto es que los griegos llevan décadas de políticas irresponsables por parte de los partidos tradicionales que se disponen a sacar tajada de un hipotético fracaso de Tsipras, cinco años de políticas fracasadas impuestas por la Troika, y cinco meses con un gobierno inexperto y errático, en el manejo de las reglas actuales del elitista club al que pertenece.