Varoufakis, al Olimpo

Madrid

Es posible que a veces se olvide, pero hoy es un buen momento para recordar que la política la hacen fundamentalmente personas. Naturalmente los mercados, los poderes fácticos, los lobbies, los grupos de presión, los mismos partidos….toda esa nebulosa de siglas pesa lo suyo….pero al final el factor humano adquiere un peso fundamental básicamente por dos razones: por la confianza y por la capacidad de liderazgo. En mitad de todo el follón de Grecia, hoy el nombre propio del día es, sin duda, el de Yannis Varoufakis, que ha conseguido no dejar indiferente a nadie; y menos después de ese gesto suyo de dimitir, de inmolarse pese a ser uno de los grandes triunfadores del referéndum de ayer. Yo no sé si Varoufakis ha sido un loco suicida –como dicen algunos- que ha colocado a Grecia un poco más cerca del abismo; o si por el contrario –como sostienen su legión de admiradores- ha demostrado una coherencia y una honestidad a prueba de bombas, sólo movido por el interés del servicio público. Pero lo que está claro es que se trata de alguien muy especial, que ha exhibido unas agallas fuera de lo común y que encaja perfectamente con el perfil de líder. Si a esto le añadimos que tiene un porte atractivo, que es alérgico a las corbatas, que acude en moto a las reuniones del gobierno, que está casado con una artista y que se desplaza sin escolta a pesar de las amenazas de muerte que recibió por airear escándalos financieros …pues nos sale un pedazo de símbolo.

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Y ya se sabe que a los símbolos –como a las estatuas- a menudo se los dinamita. Pero, ¡qué quieren que les diga!, yo personalmente prefiero esta manera de actuar…aparentemente lejos de las componendas, de los melifluos, de los chaqueteros y de los veletas. Porque, vamos a ver, el viernes –antes del referéndum- recordemos lo que se decía aquí en España, el pronóstico de Rajoy, por ejemplo: que iba a ganar el “sí”, con lo cual cambiaría el gobierno griego; y si ganaba el “no” –que no pasaría, que era casi imposible- habría que echar a Grecia del euro. Bueno, pues ha ganado el “no”, hoy casi nadie hablar de echar a Grecia y hemos encumbrado a un héroe, Varoufakis, que no ha ganado ninguna batalla, pero que ha ofrecido su cabeza a los dioses. A ver si ahora esos dioses aciertan de una vez, porque llevan una racha…¡que ya les vale!.