A Euclides Tsakalotos

Madrid

Señor ministro de Finanzas del Gobierno de Grecia, su relevo del insolente y altivo Yanis Varoufakis, especialista en broncas, sin aliado alguno, abre esperanzas al acuerdo. Su Señoría en vez de apuntarse a “la economía del fraude inocente” descrita por Galbraith, reconoce de modo autocrítico que “el obstáculo real a las reformas griegas se sitúa en el estado clientelar, la evasión fiscal de 900.000 empresas privadas y la preservación de los privilegios de la clase dominante”. Al otro lado, Ángela Merkel tendrá que evaluar el coste de rigidez y de liderar a los creadores de escasez.