La 'negritud' griega y la Unión Europea

Madrid

La propaganda se define como aquel tipo de comunicación que busca influir en la actitud de un determinado número de personas o un grupo concreto. Y es, por definición, radicalmente opuesta a la información cuando ésta se enarbola como libre e independiente.

En las últimas semanas, hemos sido testigos de cómo algunos medios de comunicación griegos cumplían una función propagandística para intentar imponer a la sociedad una determinada forma de pensar. Esta inducción tenía que tener su reflejo en las urnas, pero no ha sido así. Finalmente, la palabra que se alzó, como un grito unánime en el país, fue OXI; no. Fue este sencillo vocablo el que desató un vendaval de reacciones a lo largo y ancho de toda Europa.

Juan José Millás plantea la reflexión de si ahora Grecia es la nueva 'Rosa Parks' que lucha contra la 'negritud' de la deuda, ante la Unión Europea. Para intentar dibujar un mapa completo, cuenta con la experiencia en primera persona de Dora Makri, corresponsal de la televisión pública griega.

Ambos planean sobre los términos información y desinformación como elementos empleados de forma estratégica para transformar la información en propaganda. Makri se pregunta cómo es posible que la deuda que ha contraído Grecia ascienda hasta el 185% del PIB, tras la aplicación de tantas medidas y tanta austeridad como la que llevan sufriendo los griegos los últimos cinco años.

A esto añade que el país heleno "solo supone el 2% de la aportación al PIB en la Unión Europea", y se plantea "si no sería mejor salir de la moneda única". "Nos hemos endeudado como país y hasta nuestros bisnietos seguirán endeudados. ¿Para qué sirve estar en el euro si no es más que un conjunto de intereses?"

Las dos Europas

Por su parte, Millás se pregunta si la hipotética salida de Grecia no supondría un desmoronamiento paulatino de la estabilidad económica europea, y si la bipolarización entre países acreedores y deudores está facilitando que los políticos sean cada vez menos independientes ya que, en vez de luchar por la democracia y el sueño que supone la Unión Europea, lo hacen dictados por la economía y los mercados.

Dora Makri apostilló que se sentía defraudada con las pequeñas elites, que se están enriqueciendo pese a la crisis generalizada, mientras hay personas mendigando en la calle. Además, transmitía a los griegos un mensaje de solidaridad desde la sociedad española para que no se sientan tan heridos como pueblo y sociedad, ya que son cuna, al fin y al cabo, de la cultura y el concepto de Europa.