"Los jueces no solo debemos ser imparciales sino, además, parecerlo"
Joaquín Giménez presidió el tribunal que inhabilitó al juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón
Madrid
Claro que Joaquín Giménez, magistrado de la sala de lo penal del Tribunal Supremo, de cuando en cuando, desconecta. Y acude a las musas. "No soy juez todo el día", cuenta quien, entre sus recuerdos más amargos, están los años de sentencias relacionadas con el terrorismo de ETA.
'Las verdades judiciales no son absolutas, sino humanas'
17:28
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/000WB0923720150714113516/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Y que también condenó a uno de sus compañeros de de la carrera. Joaquín Giménez presidió el tribunal que apartó de la judicatura a Baltasar Garzón por haber acordado escuchas en prisión entre los principales cabecillas de la trama Gürtel y sus abogados. "Los jueces no solo debemos ser imparciales sino, además, parecerlo" y "la defensa exige como requisito previo el principio de confidencialidad, es decir, que lo que se habla entre el cliente y el abogado, sobre todo si está en la cárcel, no puede haber un tercero escuchándolo". Con estas palabras, el magistrado del alto tribunal se ha referido a este asunto. "Nosotros tenemos ideología. Participamos de las mismas pasiones que el resto de ciudadanos. Pero cuando uno juzga asuntos muy mediáticos, toca apartarse y ceñirse a la norma. El juez que juzga desde su propia ideología no es un buen juez", ha señalado.
Este seguidor musical de Enya y de Billy Wilder en el mundo del cine ha explicado que "el juez presta a la ley no solo su voz, sino su conciencia. El principio de legalidad no termina en el código penal, y quien debe entender la sentencia no es el abogado, sino el ciudadano". Aunque Giménez se declara amigo de los medios de comunicación, es consciente de que la opinión pública rara vez casa con la de la justicia.