Dormir en un circo, una cabaña colgada de un árbol o en un barco-hotel

Madrid

Viajamos hasta Barcelona para conocer el Circo Raluy. Un espectáculo que ofrece mucho más que malabares, magia y acrobacias. Tienen una carpa central que mantiene una estética tradicional: butacas de terciopelo, detalles dorados y frescos que miman las emociones de los espectadores. Pero, además tienen un conjunto de carruajes antiguos ubicados en la entrada que trasladan a los visitantes al siglo XX.

Este entorno tan particular esconde un pequeño secreto. Un carruaje habilitado para que los espectadores que lo deseen puedan quedarse a dormir y compartir la vida nómada de los artistas. Pasan la noche en un carruaje de época, tienen acceso al espectáculo, presencian los ensayos y, en ocasiones, pueden llegar a participar en los números.

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Hace 15 años comenzó el proyecto de Cabañas en los Árboles en Barcelona. Karin, junto a su pareja, decidió cumplir el sueño de esas personas que tenían dormido el deseo de dormir en una cabaña. Para ello habilitaron un bosque con un parque multiaventura y una zona de alojamientos que permitiesen el contacto directo con la naturaleza.

Las cabañas están colgadas a una altura máxima de 17 metros, no tienen electricidad ni agua corriente, están iluminadas con velas y tienen un hilo musical constante protagonizado por los pájaros.

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Y de los árboles descendemos hasta el mar para conocer a Raquel, ella era periodista y su pareja asesor fiscal y la crisis les obligó a reinventarse. Les gustaba el mar y tenían un velero en Lanzarote, así que decidieron sacarle partido y convertirlo en barco-hotel.

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Las comodidades se asemejan a las de alojarse en una casa, con la ventaja de disfrutar del puerto y de la vida marítima y dormir bajo las estrellas.

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Son tres de las muchas posibilidades que hay de vivir unas vacaciones de forma diferente, tres experiencias que permiten disfrutar del placer de hacer algo por primera vez en la vida.