¿Será capaz Rajoy de tocar ahora la ley electoral?
José María Izquierdo reflexiona sobre el uso que hace el Partido Popular de su mayoría absoluta para aprobar leyes sin consensuar con la oposición
Madrid
Anunció ayer el presidente del Gobierno que el Congreso debatirá y votará la aportación española al rescate de Grecia –hundimiento forzado lo llaman otros- acordado por Bruselas y que está obligando a Tsipras a batirse cuerpo a cuerpo con su propio partido y su grupo parlamentario. Dice Rajoy que esa ayuda es un asunto lo suficientemente importante como para que se debata en el Parlamento. Pura filfa, porque la mayoría absoluta del PP le facultará para hacer lo que les venga en gana, siguiendo la práctica habitual de esta legislatura, que ha sido la utilización del rodillo de forma desvergonzada como en este Ojo ya hemos denunciado en más de una ocasión.
¿Pretende Rajoy que ahora creamos que está dispuesto a pactar algo con la oposición? Vamos, hombre… Porque mientras el presidente hacía ese anuncio oficial, desde Moncloa ya se encargaban de filtrar a la fiel Prensa del Movimiento la intención del Gobierno de aprobar, a pelo y sin debate alguno, la reforma de la Ley Electoral para que gobierne la lista más votada. No es de recibo que un Gobierno desprecie a toda la oposición –esto es, a millones de ciudadanos- para imponer leyes, éstas sí, fundamentales para la convivencia. Es, además, una ley antidemocrática que ignora, porque quiere, lo que significan las mayorías sociales.
Legislar por puros motivos electoralistas en beneficio propio es, directamente, repugnante.
