¿Cómo se construye el castillo de arena perfecto?

Madrid

Con la llegada del calor se repite una de las escenas más habituales en las playas de nuestro país: niños (y no tan niños) jugando a construir castillos de arena. Un juego que, tal y como afirma el arquitecto italiano Renzo Piano, esconde enormes dificultades técnicas. Piano, ganador del premio Prikterm, conocido como "el premio nobel de la arquitectura" enseña en un artículo para el diario The Guardian las claves para construir un castillo de arena perfecto. Un castillo que siguiendo sus consejos mediría 60 centímetros de altura, estaría rodeado por un foso de agua de 30 centímetros de profundidad y 45 de diámetro y cuyas paredes tendrían una inclinación de 45º.

Sobre cómo triunfar este verano con nuestras construcciones playeras hemos charlado con Ana Fernández Cuartero, arquitecta especialista en estructuras y creadora de e-STRUC , una aplicación para profesionales de la construcción que nos ayuda a calcular soluciones estructurales en cualquier dispositivo móvil.

Aunque reconoce que nunca ha utilizado su aplicación para calcular la resistencia de un castillo de arena, Ana Fernández reconoce el gran potencial de este material, una de las apuestas de futuro en el mundo de la construcción ecológica gracias a su gran capacidad de aislamiento. Quizá por deformación profesional, esta arquitecta se reconoce como “una gran constructora de castillos de arena” y se muestra orgullosa de algunas de sus obras, castillos “casi con cédula de habitabilidad”

Pese a la aparente complejidad de los consejos de Renzo Piano, no es necesario meter en nuestra mochila playera el metro y el transformador de ángulos junto a la toalla, la crema, la pala y el cubo, ya que según Ana Fernández “basta con las manos para construir un buen castillo de arena”. Así nos aconseja: es fundamental construir un foso de agua que rodee nuestro castillo, no como elemento estético o recordatorio de los castillos medievales si no puramente estructural, ya que el agua mantendrá la arena unida “actuando de pegamento” para formar una masa compacta.

Otro aspecto que resulta fundamental es la calidad de la arena y que ésta siempre esté húmeda, por lo que el mejor lugar para construir nuestra fortaleza se encuentra “en el rompiente de las olas, donde la arena no está inundada pero tampoco está seca, esa es la buena”

Por último, y siguiendo los consejos de Renzo Piano hay que tener claro que estamos construyendo algo que va a desaparecer, por lo que no hay que obsesionarse ni tampoco mirar atrás al volver a casa. Tal y como afirma el filósofo Gregorio Luri, uno de nuestros cafeteros, construir un castillo de arena se convierte así en algo más que un juego, en “la esencia de la condición humana: la dedicación meticulosa a lo efímero, la reivindicación existencial de lo inútil”