Yvonne Hortet, la luz de Barral
Yvonne le ayudó en la salud y en la enfermedad, y como aquel personaje de Hemingway nunca estuvo triste una mañana
Juan Cruz 11 de agosto
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Madrid
Yvonne Hortet era una muchacha de belleza luminosa que acompañó desde que parecía una adolescente al mejor editor de la última parte del siglo XX, Carlos Barral. Ella le dio sentido común a la gestión de Barral, que era también un adolescente, a veces alocado por el genio o instruido en exceso por la creencia de que todo era poesía. Yvonne le ayudó en la salud y en la enfermedad, y como aquel personaje de Hemingway nunca estuvo triste una mañana. Fue la luz de Barral, la inspiración de sus poemas, y aunque ella también estuvo en las nubes fue el sentido común que mantuvo en la arena al navegante. Murió ayer, lloramos a aquella mujer que reía.