"Antes había más ánimo de colaboración, había más empatía hacia los refugiados"

Madrid

Nilufar Sabery lleva 35 años en España. Es iraní y llegó con 14 años, junto a sus padres. Sabery abandonó su casa de Teheran huyendo del régimen de Jomeini “prácticamente con lo puesto” por decisión de sus padres. Ambos tomaron “la decisión más prudente porque eran artistas, magos de profesión, y no hay lugar para el arte en la república islámica de Irán, y mucho menos para la magia”, explica Sabery que recuerda con “mucha rabia, enfado y frustración” la decisión que tomó su padre. “Durante el primer año no intercambie con mi padre más de diez frases. Yo pensaba que era capricho suyo el que nos sacará de esta manera de Irán, luego entendí el riesgo que corrimos”.

14 años después sigue recordando lo afortunados que fueron al huir sanos y salvos de Irán porque ellos solo perdieron sus propiedades, pero “otras familias perdieron a muchos seres queridos”. De la misma manera recuerda sus primeros días en España, donde la primera impresión no fue demasiado positiva para ellos pues un taxista intento estafarlos. Aun así, la decisión de venir a España fue la mejor decisión que pudieron tomar. “La gente era muy cálida y cogedora. No todos sabían dónde estaba Irán, pero cuando les contábamos que habíamos huido de nuestro país y en España acababan de salir de una dictadura, que había dejado muchos exiliados, pues de alguna manera enfatizaban con nosotros”.

Ante el actual drama de los refugiados que vive Europa Nilufar Sabery siente desesperación e impotencia producida por las imágenes que ve cada día de miles de refugiados cruzando las fronteras, en las que ella no cree. “Antes había más ánimo de colaboración, había más empatía hacia los refugiados. Pero ahora somos muchos los que estamos circulando alrededor del mundo, y los que buscan refugio ahora lo tienen mucho más difícil para integrarse en una sociedad”