¿Libres para morir?
Quizás tengamos que cambiar los conceptos y dejar de hablar de muerte digna para reclamar una vida digna cuyo punto final no puede estar teñido de innecesario sufrimiento.
Madrid
El Parlamento Británico ha rechazado hoy la Ley de la Muerte Asistida. En los días previos, los parlamentarios manifestaron su división, la misma que se da en la propia sociedad británica; aunque los ciudadanos partidarios de la muerte asistida superan hoy el 50% y la ley ha sido rechazada por gran mayoría de los parlamentarios. La división llegó hasta la Iglesia Anglicana en donde el arzobispo y el ex arzobispo de Canterbury mantienen posiciones discrepantes.
El siglo XX fue el del control de la natalidad. Pero ese acuerdo para respetar la voluntad de las madres para decidir sobre la concepción, no universal, desde luego, parece más difícil cuando se trata de decidir sobre la muerte propia en el caso de una enfermedad terminal. Quizás tengamos que cambiar los conceptos y dejar de hablar de muerte digna para reclamar una vida digna cuyo punto final no puede estar teñido de innecesario sufrimiento.
