La empresa familiar que ayuda a los ciclistas a entrenar

Nada como un profesional para detectar la necesidad de otro. Es el caso de RooDol, la empresa creada por dos hermanos de Barcelona, Juan y Jordi Moya, a partir de que el segundo, apasionado del ciclismo, se diese cuenta de que los profesionales de la bici no contaban con un aparato que les ayudase a entrenar y calentar casi en cualquier circunstancia (cuando viajan al extranjero, en la habitación de un hotel...). A partir de este nicho del mercado nació su proyecto, un sistema de rodillos para entrenar con la propia bici que es portátil (aquí está su gran avance), y que entusiasma a los campeones nacionales y -cada vez más- a los internacionales.

Hablamos con Juan Moya, el "ingeniero" de los dos hermanos (Jordi es el aficionado al ciclismo y el más manitas de los dos). "La idea surge porque Jordi es un apasionado de la bici, y en las competiciones se dio cuenta de que no encontraba un sistema para calentar bien: para llevar un trasto más encima... pues como que no". Así que un buen día se puso a diseñar un sistema de cilindros para entrenar encima de ellos usando la propia bici; lo que pasa es que, a diferencia de los que ya existían, este invento era portátil: "Pesa solo 4,5 kilos", explica Juan.

Con ese primer prototipo pensaron el negocio: patentaron la idea y comenzaron a trabajar. "A los profesionales de la bici les gusta que lo puedan cargar ellos mismos, que sea práctico y estable", dice Juan. "Hicimos una web donde publicitamos el producto, y como Jordi se iba a las carreras la gente veía allí el producto. El gasto que hemos hecho en márketing ha sido mínimo, ha funcionado el boca a boca entre los campeones de España".

Ahora toca crecee: RooDol está desarrollando ahora un rodillo electrónico que mide velocidad y cadencia utilizando como fuente de energía el propio esfuerzo del ciclista al entrenar. "Nuestro lema es 'allí donde estés', que no necesites pilas ni conexión a internet". Eso sí, mediante la tecnología wireless se puede conectar a un móvil y compartir información con otros usuarios.

En principio la empresa eran los dos hermanos, Juan y Jordi; ahora tienen dos socios más, pero Juan revindica el emprendimiento en familia: "mi hermano y yo tenemos un carácter muy parecido. Cuando empiezas una startup es básico rodearse de gente de máxima confianza, porque hay que trabajar muy duro, y con mi hermano trabajo estupendamente", confiesa.

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