La increíble aventura de la familia Ward
Madisen Ward and Mama Bear triunfan con un su álbum debut, un disco que junta a madre e hijo y que les ha llevado a presentarlo por medio mundo
Formar una banda de música junto a tu madre no es el sueño de casi ningún joven de 26 años, recorrer el mundo con ella, tocar cada noche, grabar discos y compartir horas de carretera con tu progenitora no es el punto de partida de una carrera discográfica convencional. Pero así han funcionado las cosas para Madisen Ward y su madre Ruth, de 63 años. El dúo se ha convertido en una de las sensaciones musicales del año tras la edición de 'Skeleton Crew’, su aplaudido álbum presentación.
La peculiar historia de esta familia de Kansas surge de un modo tan natural que resulta extraño. Ruth creció enganchada a la música de Motown y en los setenta descubrió el folk de salón, de cafetería. Las baladas melódicas de los grandes cantautores, en su mayoría blancos, mostraron a la señora Ward que para hacer música solo necesitaba una guitarra y público. Ruth comenzó a frecuentar las noches de micro abierto de su ciudad dando un paso al frente en la familia.
La historia de Madisen, sin embargo, resulta más sorprendente. Al chico no le interesó demasiado la música hasta que abandonó el hogar familiar. Lejos de casa se acercó a la guitarra y las historias que soñaban con ser novelas se fueron convirtiendo en canciones. Cuando el chico regresaba a casa solía tocar junto a su madre, a enseñarle las cosas que estaba haciendo, sus primeras canciones. Poco a poco, Madisen Ward comenzó a acompañar a su madre a los cafés en los que actuaba y a presentar sus propias composiciones hasta que madre e hijo comenzaron a tocarlas juntos. En poco tiempo, Ruth y Madisen se hicieron un hueco en la escena local de Kansas, una escena que no tardó mucho en quedarse pequeña.
Nueve meses después de que Ruth y Madisen comenzasen a ensayar a diario su vida ha dado un vuelco. Su disco ha llegado a las tiendas y ha cruzado el charco -entró en las listas de éxitos de Inglaterra- y, además, han actuado en grandes festivales, salido en la Rolling Stone e incluso en el programa de Jools Holland en la televisión británica. Ahora dan entrevistas juntos, viajan por medio mundo y comparten el día a día de una banda de música. Ellos no consideran un problema ser madre e hijo. "Podemos ser brutalmente honestos entre nosotros porque sabemos que no hay intención de hacer daño en lo que nos decimos", explicaba Ruth en una entrevista en Inglaterra. "Compartir esto con mi madre es genial porque así tengo cerca una fuente de sabiduría", añadía su hijo.
En muy poco tiempo, los Ward han visto como su vida cambiaba para siempre. Pero el punto de inflexión fue el momento de firmar un contrato para grabar su primer disco y el de entrar al estudio con un productor de lujo, aunque muy alejado del sonido del dúo. El responsable de la grabación fue Jim Abbiss, productor de los primeros trabajos de Arctic Monkeys o Adele. La mezcla, a pesar de lo dispar de los ingredientes, salió bien, con fuerza. ‘Skeleton Crew’ es un disco sorprendente, un álbum de folk en el que los registros vocales de Madisen encajan a la perfección con los matices de la guitarra de Ruth y que presenta una curiosa colección de canciones, algunas tan fascinantes como 'Yellow Taxi', 'Live by the water' o la fabulosa 'Silent movies'. Música tradicional de historias de perdedores que no se rinden, de gente común que persigue sus sueños, como esta familia, como esta madre apasionada de la música que a sus 63 años ha debutado junto a su hijo cambiando las noches de micro abierto de Kansas por los escenarios de los mejores locales y los platós de los programas más vistos. Un giro vital a las puertas de la jubilación que han convertido a Mama Bear y a su hijo en una de las sorpresas musicales del año.