Se habría quedado estupefacto

Madrid

Resulta que algunos líderes europeos están muy preocupados por la debilidad de los sindicatos. No en España, desde luego, donde jamás se ha oído al presidente del Gobierno animar a los sindicatos a fortalecerse para pelear mejor por los derechos de los trabajadores.

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No en España, pero sí en otros países europeos y en Estados Unidos, donde el presidente Obama no deja de alentar a los sindicatos. Y sí en la propia Comisión Europea. Ayer, su presidente Jean-Claude Juncker anunció que la Comisión propondrá crear en Europa una plataforma social por debajo de la cual no se pueda consentir condiciones laborales y que promueva la convergencia social en toda la Unión. El presidente francés, Francois Hollande, que le acompañaba, hizo por su parte un llamamiento para la creación de una especie de socialgrup dentro de la UE, algo parecido al Eurogrupo.

Los datos no son, sin embargo, nada esperanzadores. En Alemania la afiliación sindical ha bajado del 25% al 17%; en Francia, del 9 al 7. Incluso en el Reino Unido, de larga tradición, ha pasado del 30% al 25%.

Juncker quiere que los sindicatos se hagan más fuertes para poder luchar contra la precariedad laboral. “Soy hijo de un obrero metalúrgico y sé perfectamente que si mi padre no hubiera tenido un trabajo permanente, yo jamás hubiera ido a la universidad”, dijo Juncker. La precariedad, explicó, no es aceptable, no es compatible con el modelo europeo. Si Mariano Rajoy hubiera estado a su lado se hubiera quedado estupefacto.