Garzón se negó a referirse a Iglesias como Su Vibrante Majestad Violeta
Como cada viernes José Antonio Pérez le da un barniz humorístico a los titulares de la semana

Bilbao
El ex presidente está aprendiendo ahora a mover las tetillas como un culturista para poder criticar al PP también en código morse.
El Presidente, poco dado al lenguaje figurado, ha pagado inyecciones de botox a todos los ministros.


Hasta que finalice el juicio, el ex presidente del Fondo Monetario Internacional tendrá que limitarse a delinquir en la Unión Europea.
El Gobierno insiste en que la economía va estupendamente y culpa a las familias por masticar demasiado rápido.
Al parecer, las negociaciones se enquistaron cuando Alberto Garzón se negó a referirse a Pablo Iglesias como Su Vibrante Majestad Violeta.
La vicepresidenta bailó un tema de moda, abrazo un cachorro sin hogar y recordó que los populismos son muy dañinos en democracia.
Porque, como todo el mundo sabe, los inmigrantes vienen aquí a quebrar nuestras cajas de ahorros y a dar contratos a dedo a sus amigos constructores.
Rosa Díez ha cargado con dureza contra Ciudadanos porque crowdfunding es un anglicismo innecesario existiendo la palabra micromecenazgo.




