Del “mi mamá me mima”, a ahora
Espasa publica un homenaje a los cuadernos Rubio que enseñaron caligrafía a varias generaciones.

Madrid
En 1965, Ramón Rubio trabajaba en un banco pero por las tardes se dedicaba a la enseñanza cálculo y caligrafía en una academia. Lo hacía con sencillos ejercicios reunidos en cuadernos que se hacían a mano. Su perspicacia y visión comercial le ayudaron a crear un instrumento para la educación de una España en la que el analfabetismo estaba generalizado.
En 1999, cuando el hijo toma las riendas del negocio se recupera la imagen y los colores iniciales (verde y amarillo) y la textura del papel. Y se inició una actualización y expansión que ha llevado los cuadernos a internet e incluso hasta las farmacias.

Javier Torres
Redactor de Política, trabaja en el Congreso y hace seguimiento de Vox. Anteriormente formó parte de...




